La economía digital es el conjunto de estrategias que contribuyen al impulso de la competitividad del sector productivo, de esta forma su inclusión en la empresa se da cuándo se migra de una economía obsoleta con escaso grado de aprovechamiento de las tecnologías de la información y comunicación TIC, a una donde se generaliza el uso de estas tecnologías en todas las actividades económicas. El aprovechamiento generalizado de las TIC genera incrementos en la productividad en la competitividad de los agentes económicos, contribuyendo así a la solidez de la Empresa.
Ejemplificando uno de los ejes de la economía digital en las actividades de comercio electrónico (E-Comerce), se incluyen el pedido, pago electrónico en línea (on-line) de bienes y servicios que se envían por correo u otro medio de mensajería, se incluyen en este campo otro tipo de actividades, tales como diseño, ingeniería corporativa marketing compartido, subastas y servicios postventa etc… Con la llegada de la economía digital, algunos productos ya no tienen que ser empaquetados y distribuidos a través de una tienda física (software, noticias, música, vídeo, etc.). Ahora una diversidad de productos y servicios son distribuidos directamente a través de Internet tales como boletos de avión, obras musicales, servicios personalizados de noticias, reservaciones turísticas, servicios bancarios. Distintos sectores de diferentes industrias cambiaron la forma de operar sus negocios obteniendo beneficios significantes por el desarrollo de productos y servicios digitales.
La nueva economía en red, crea un modelo operativo de los negocios a través de la capacidad de segmentación exclusiva para un mercado de un solo cliente. La nueva empresa interconectada permite a las MIPYME superar ventajas sobre todo en la economía en escala, facilita el acceso a los recursos de las grandes compañías, eliminando así la burocracia, la jerarquía innecesaria y la incapacidad de cambiar.
En la economía digital, la propiedad intelectual y las relaciones con los clientes han pasado a un primer plano, al no depender ya del conjunto de activos físicos, pueden ser impulsados fácilmente a bajo costo a través de una base global de clientes, transformándose así en una fuente independiente de ingresos y de valor. Muchas empresas ya establecidas mantienen una importante propiedad intelectual y buenas relaciones con los clientes; pero soportan la carga de los activos físicos, que rápidamente se están convirtiendo en mercancía genérica. Las presiones en los precios están empezando a estrechar los márgenes y a disminuir las valoraciones del mercado.
Las nuevas empresas deben impulsar continuamente el valor de la propiedad intelectual, así como el de las relaciones con los clientes, auténtico núcleo de su negocio, con el fin de incrementar el volumen y los márgenes, mientras resisten la tentación de adquirir activos físicos para reducir costes a corto plazo.
Como ejemplo valga una reflexión: en cualquier negocio un actor, quizá dos, pueden llegar a dominar el mercado. Una vez que una empresa consigue un sólido liderazgo seguirá creciendo hasta situarse en una posición de insuperable dominio. En este contexto económico, las empresas ya establecidas pueden rápidamente quedarse a la zaga y no recuperarse jamás. Entre tanto, las nuevas empresas por la economía digital deben redefinir constantemente las ofertas que realizan a sus clientes con el fin de reconducir el volumen y rebajar los costos resistiendo la tentación de competir exclusivamente en el precio.
Las nuevas empresas con modelos de economía digital deben desarrollarse continuamente, manteniendo modelos flexibles y graduales, y han de resistir la tentación de integrarse verticalmente para mejorar la calidad, la velocidad o el servicio al cliente meditando sobre la necesidad de adquirir activos físicos para su desarrollo. Hoy en día el tiempo para llegar al mercado ya no requiere largos años ni grandes capitales para establecer un negocio con presencia a escala mundial, basta con tener el acceso al Internet, un sitio web diseñado al objetivo de la empresa, una buena estrategia de mercadeo que posicione la marca, oferte los productos y servicios, garantizando a los clientes las seguridades de las transacciones en línea.
De esta forma concluimos que el uso de tecnologías de información y comunicación (TIC) ha provocado grandes transformaciones sociales, económicas y culturales. Y, además, a un paso muy ligero, íntimamente ligado al aumento del uso del internet. Debido a esto, las relaciones personales, la demanda de las personas, el trabajo, el ocio y un sinfín de cosas más, se encuentran en contante revisión debido a la gran influencia de estos cambios.
Tal es la magnitud de estos cambios en la estructura mundial, que ya se habla de una nueva economía que es: La Economía Digital, en ella las TIC han modificado la cultura de la economía tradicional, dando lugar a una estructura conectada a nivel global.
Por ello esa trasformación digital ha dado paso a la creación de gigantescos mercados compuestos por bienes y servicios que dependen de las tecnologías digitales, impulsando así la migración de la industria y el comercio que ha transformado los sectores productivos quienes denotan mayor competitividad para competir en igualdad de oportunidades. Todo ese proceso deja una clara advertencia al segmento productivo, que conlleva a estar la vanguardia en ese nuevo entorno, pues esta evolución en el mundo digital no deja otra opción que transformar los modelos de negocios de las empresas, e innovar los procesos en la gestión de venta.