ABOG. / MSc: ALICIA T. PAZ
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Con el advenimiento de las nuevas tecnologías y las que están por llegar plantean a la sociedad grandes desafíos que aun desconocemos y que al igual que la pandemia que nos sorprendió sin estar preparados, la trasformación nos sorprenderá en el momento menos pensado.

Para muchos científicos la pandemia COVID19 representa uno de los desafíos más grande en la historia en la humanidad, lo cual ha revolucionado al mundo, los gobernantes han reconocido que no estaban preparados para afrontar una crisis de tal naturaleza, a pesar que la historia registra que hace 100 años atrás una crisis similar sacudió a la humanidad, los decesos en el mundo fueron de 40 millones, aun así, no aprendimos nada.

El cuadro socioambiental que caracteriza a las sociedades contemporáneas, revela que el impacto de los humanos sobre el medio ambiente está causando alteraciones cada vez más complejas, tanto en términos cuantitativos como cualitativos, la complejidad de los eventos está demandando a los países de la necesidad de un diálogo entre ciencia, gestores y sociedad, llama la atención la prevalencia de una racionalidad cognitivo-instrumental, que en general desprecia la dimensión interdisciplinaria de los problemas que afectan la humanidad y la vida en nuestro planeta, los factores que inciden en la conexión entre ciencia, política y la transformación y cómo superar esos obstáculos, enfatizando los factores activadores y movilizadores.

En este contexto nos encontramos, el abrupto advenimiento de las nuevas tecnologías, es impresionante especialmente los países menos desarrollados, quienes al paso están reinventándose que hacer para subsistir, naturaleza propia de un estado de confort que hasta que algo sacude accionamos. No tenemos que mirar al cielo para esperar un fenómeno apocalíptico o a la tierra para temer lo peor, basta vernos a nosotros mismos, los mayores riesgos de la transformación los divisamos en la conducta de las nuevas generaciones, quienes ya denotan trastornos en los formas cognitivas para afrontar las nuevas realidades de un entorno globalizado que obligadamente tenemos que adaptarnos, sobre todo en la educación, salud y lo económico, uno de los grandes desafíos son las decisiones a tomar, mismas que están influenciadas por las nuevas conductas sociales que nos impone la tecnologías.

La historia nos reseña que la humanidad siempre se ha enfrentado a diferentes amenazas como desafíos a la supervivencia global, tales como, impacto del cambio climático, pandemias, plagas, asteroides y supervolcanes, maremotos, huracanes, migraciones etc. motivos de preocupación social internacional de los estados, por encima incluso de sus daños a la salud y la vida de las personas. No obstante, los riesgos más graves y recientes que el mundo afronta, está marcado por la llegada del COVID19, sumado a ello los riesgos que están por venir producto del impacto a la economía, el sobreendeudamiento que se han sometido los países en vías de desarrollo, que de por sí ya muestran una caída precipitosa en el PIB, un futuro incierto que aún no saben cómo arrancar, sin que por ello se deje de pensar en otros riesgos que están por venir como resultados del progreso científico y como civilización.

Observamos que el mundo esta evolucionado a pasos gigantescos, es un hecho sin precedentes, muchos países cuentan ya con innovadoras armas nucleares, la ingeniería genética ha evolucionado al grado que ya es parte de la medicina y la humanidad, los recursos del planeta se están degradando a un ritmo insostenible a medida que crece la población mundial, los avances del siglo que vienen en ciencia y tecnología prometen soluciones a muchos de estos grandes retos, sin que por ello podamos visualizar el costo a pagar.

Reconocemos que estas nuevas capacidades tecnológicas nos permiten extraer más recursos, imponen mayores cambios sobre nuestro entorno para lograr mayor sostenibilidad en la humanidad, razones por lo que no hemos cesado de acelerar en ese mismo camino con mayor grado de globalización, más desarrollo científico y tecnológico, una población mundial creciente, un aumento de la calidad de vida en los países desarrollados, sin observar la huella que representa el consumo de recursos que de forma plausible está cambiando el medioambiente planetario de un modo extremo, hasta el punto de amenazar la continuidad de la existencia de la especie humana.

La transformación tecnológica promete soluciones a esos grandes retos, no obstante, nuestra capacidad limitada para coordinar nuestros intereses a largo plazo se manifiesta también en la dificultad para reducir nuestro uso global de recursos, limitar el impacto de nuestras actividades colectivas en nuestro hábitat planetario e invertir nuestros recursos de un modo óptimo para nuestra supervivencia y nuestro bienestar a largo plazo, para que los avances en la ciencia y la tecnología se apliquen al progreso de nuestro bienestar y nuestra resistencia, en lugar de resultar desestabilizadores o, incluso, ser empleados con propósitos de hostilidad catastrófica, como en el caso de las armas nucleares.

Hemos avanzado mucho en el diseño de instituciones eficaces, sin embargo, los riesgos que entrañan estos problemas crecen enormemente a medida que crece nuestro poder de influencia en nuestro entorno, ya sea mediante la cruda realidad de los números y la distribución en el planeta o a través de herramientas científicas y tecnológicas más potentes por medio de las cuales conseguir nuestro sinfín de objetivos o frustrar los de nuestros iguales.

Es de reflexionar que el impacto del crecimiento en la población mundial es acelerado, aunado a ello la abrupta transformación digital, sobre todo en los pases industrializados, que dejan ver un consumo acelerado de los recursos, alcanzando ya un 50% por año, es decir que estamos consumiendo más recursos de los que el planeta puede reponer, impacto este causante de las variaciones observadas en el cambio climático que cada vez se vuelve más críticas, ( huracanes, vaguadas , fenómenos de la niña el niño, pestes, etc), fenómenos que en la vida cotidiana, la humanidad invisibiliza porque tenemos menos tiempo para asimilar estas transformaciones y visualizar el impacto real de estas en el desarrollo humano.

La Ciencia, Tecnología y Sociedad es un tema que ha permeado por varios años, con el objetivo de poner el avance tecnológico al servicio del desarrollo humano, ayudando a favorecer e impulsar tecnologías que buscan, no obstante debemos reconocer que si bien es cierto las tecnologías aseguran la sostenibilidad en distintas sociedades, también es más cierto que con ello se ha causado el rezago de muchas personas, por la desigualdad social que les condena al aislamiento de los beneficios de esta nueva era, condenándolos a una pobreza mental creando una gran fractura de las sociedades, cada una con su moneda dominante, su comercio y su reglamentación financiera propios y sus estrategias geopolíticas y militares contradictorias.

De seguir la humanidad observando un comportamiento indiferente ante los impactos del cambio climático, las consecuencias por venir serán más catastróficas, con alto índices vulnerabilidad, razón del porque los científicos están centrando sus estudios el sistema planetario, a fin de hilvanar la secuencia de los fenómenos atmosféricos, su composición e impacto a la humanidad.

Reconocemos que el mundo está entrando en una era de extinción de especies a pasos agigantados a causa de la actividad humana, se están desapareciendo especies de vertebrados a un ritmo acelerado de 100 veces superior al observado en periodos de no extinción, la resistencia de los ecosistemas es un fenómeno de enorme complejidad y los estamos poniendo en peligro a un ritmo sin precedentes, al tiempo que adolecemos de una capacidad mínima de predecir las consecuencias de nuestra actividad, todos estos cambios tienen como resultado un mundo más incierto.

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