LA EDUCACION EN EL CAMBIO DE ORDEN MUNDIAL. SUS DESAFIOS GLOBALES.

Abog/MSc. Alicia T. Paz Meza

www.conjuri.hn 

alipaz57@gmail.com

La humanidad ha empezado a vivir las ultimas crisis educativas del modelo neoliberal, los desafíos globales se empiezan a denotar con la internacionalización del conocimiento, donde se rompen paradigmas y se imponen nuevos desafíos que requieren de una nueva cultura de internacionalización, la preparación adecuada de los actores involucrados directa o indirectamente y su aplicación.

En este contexto se estructura un ensayo del concepto de educación que encaje con el dinamismo metodológico de este nuevo siglo, procurando articular el pensamiento pedagógico, en el entorno de las nuevas tendencias generacionales de un mundo globalista que se encamina hacia un mundo globalizado. ¿Cómo se define la educación en las nuevas tendencias globalizadas?

» La Educación es la renovación del individuo a través de sus diferentes facetas de la vida, donde el docente como mediador satisface las expectativas del alumno, orientándolo a la formación práctica y metodológica, facilitándole las herramientas necesarias para la adquisición de conocimientos esenciales como: Competitividad, humanismo, igualdad, pertenencia, internalización, a fin de que los ponga en práctica en la vida cotidiana».

Partiendo de ese pensamiento reflexivo diremos que la educación actualmente pasa por uno de los momentos más desafiantes de la historia, en virtud que el sistema educativo tradicional ya no responde a los cambios que demanda este nuevo orden mundial, que busca potenciar las individualidades y exige a cada uno decidir qué hacer con su vida, contrario a lo que es la educación tradicional la cual es totalmente rígida, trata a todos como si fueran iguales centrando el conocimiento de forma igualitaria y homogenizada.

Reconocemos que con el advenimiento de la modernidad las sociedades han roto algunos paradigmas relacionados con la educación y la ciudadanía, no obstante en este paso se abren otros horizontes que aun marcan nuestro ordenamiento actual, por ello somos de la opinión que la educación debe ser balanceada e influir en la totalidad del desarrollo del individuo, donde el objetivo principal este fundado en la investigación, las competencias cognitivas del carácter, sociales y de liderazgo«, donde se afirme la importancia de valores como la solidaridad, la convivencia, la igualdad, la resiliencia, para aprender a superar las frustraciones y desarrollar una mentalidad positiva.

En este contexto la educación vista desde un escenario híbrido (presencial y virtual), donde prima el conocimiento social, la interacción es esencial para la construcción y comprensión del conocimiento, requiere de prácticas educativas centradas en el diálogo y la interacción docente-estudiantes y entre estos, en su ser, en su saber y en las relaciones con el mundo, tanto en entornos presenciales como en los que hacen uso de herramientas tecnológicas digitales puestas a disposición de los participantes, para que les genere distintos procesos de intercambio que pueden facilitar u obstaculizar la formación del pensamiento reflexivo y social.

He ahí la importancia de la interacción en las prácticas educativas de enseñanza del conocimiento social, donde el estudiante no solo aprende lo conceptual, sino que también favorece el aprendizaje en la acción, en la reflexión con los profesores, los compañeros o consigo mismo, para promover la formación de ciudadanos con pensamiento críticos.

Reconocemos que la educación siempre ha sido un proceso desafiante en los diferentes cambios influenciados por el orden mundial y la tecnología digital no es la panacea a ese escenario complejo, en muchos casos atravesado por un sinnúmero de carencias, esto nos lleva a la interrogante de: ¿Cuál es el rol de la tecnología digital en la educación? ¿es necesario transformarse o moriremos en el intento? Pensamiento más recurrente en estos días cuando hablamos de educación digital.

Ante esas interrogantes deviene la necesidad de aclarar que la transformación de la educación no solo tiene que ver con las herramientas tecnológicas o el medio a través del cual alumnos y profesores se conectan, por el contrario, es mucho más. La educación debe estar directamente relacionada con dos factores: La cultura educativa y las necesidades de los estudiantes de cara a una sociedad mutuante, ambos aspectos implican una resignificación pedagógica donde los roles entre alumno, docente, escuela, entre otros, garanticen las acciones en el contexto educativo.

Desde ese abordaje el rol del docente deja de lado las jerarquías y se convierte en un mediador en espacio de comunidad y colaboración, donde los alumnos son los actores principales con su fuente de conocimiento innegable, el educador debe reinventarse y convertirse en un mentor acompañando al estudiante, escucharlo y establecer medios de comunicación con ellos para motivarlos a aprender algo más, dejando de lado su papel de líder horizontal, convirtiéndose en un mediador transmisor de conocimiento, un inspirador en el uso de herramientas tecnológicas que busca conectar una nueva cultura con el estudiante logrando captar su atención.

Es en estos espacios donde se contribuye una mejor comprensión de sí y de las interacciones que se establecen entre los sujetos en diversos contextos en los que se desenvuelve el individuo, logrando mayor concienciación de los  capitales culturales, sociales y éticos con que cuentan para la elaboración de un  proyecto de vida constructivo y edificante desde lo personal hasta lo colectivo,  siendo lo más importante el reconocimiento de ‘sí mismo’ para lograr una proyección de  vida integral, individual, social y cotidiana con nuevas miradas,  nuevas lecturas de mundos posibles, con múltiples significados, lo cual hace una educación socioafectiva que dignifique a los actores del  proceso educativo logrando reconocerse, vivenciando y revalidando sus derechos a ser  reconocidos como sujetos actuantes y participes de la sociedad global. Estas actividades educativas y socioafectivas deben enmarcarse desde el horizonte de los procesos cognitivos configurados desde el arte y la percepción social y cultural para generar procesos de sensibilización y resiliencia.  

Cabe referir que para avanzar en esta emergencia educativa que nos encontramos y lograr que trascienda al nuevo orden mundial, que demanda el desarrollo de  habilidades y competencias complacientes con un proceso tecnológico e industrial  de enormes pasivos humanos como el que impera hoy en el mundo global, urge  una formación, desde la educación inicial, en la consciencia, la autonomía y la  comprensión crítica y edificadora, que abogue por la conservación de la vida y de  los ecosistemas que desarrolle habilidades de aprendizaje, actitudes socioafectiva y conocimientos que tengan que ver con una realidad basada en la complejidad, donde la mediación pedagógica permita un rango más amplio de formas de  participación y comunicación, la interacción e interactividad en el desarrollo del  pensamiento crítico, divergente y convergente en la sociedad educativa virtual actual, razón por lo que nos obligamos a modificar nuestros esquemas  mentales y a reconfigurar los procesos y estrategias de pensamiento para asumir  la actividad académica a la par con la velocidad de los cambios de la vida social y  familiar de los actores educativos inmersos en este ciber mundo. 

En este orden de ideas, el concepto de educación planteado, como estrategia pedagógica conlleva

una intencionalidad, es decir, que lo que se haga tenga una intención manifiesta y compartida, que llegue a la trascendencia donde se supere el aquí y  el ahora y, lo que se considera podría configurar el principio hologramático, es decir que las partes constituyen un todo, pero al mismo tiempo el todo está potencialmente en cada una de las partes, que podrían regenerar el todo desde un pensamiento complejo con la participación activa del sujeto que  aprende, lo que configura el principio de recursión del pensamiento complejo, que parta de la significación, es decir que los saberes previos de los  participantes y que la participación del sujeto en el mundo cobre significado y  sentido para llegar a la autorregulación a partir de cuestionamientos  paradigmáticos de diferente orden, lo que se podría configurar como el principio  dialógico del pensamiento complejo. 

En este proceso el papel del profesor como mediador, es la persona que  al interactuar y compartir su saber de una manera dialógica y democrática, estimula el desarrollo de las potencialidades cognitivas, culturales y sociales de los  estudiantes, lo que propicia la reflexión y la acción en torno a la verdad, en consecuencia, el maestro-guía deberá desarrollar conocer y crear un conjunto de habilidades a partir de una currícula flexible, que le permitan ser  proactivo, interdisciplinar, regulador del proceso, generador acorde con los diagnósticos y análisis de  las problemáticas vivenciadas en el proceso cognitivo, fortaleciendo el desarrollo de la autonomía, recreando espacios y escenarios pedagógicos creativos y  multimediales, donde los intérpretes, tengan la libertad, responsabilidad y  compromiso para indagar, proyectar y crear escenarios que propicien la expresión  de lo aprendido por diferentes vías y formas de comunicación.

A manera de cerrar este enfoque educativo, diremos que el concepto de educación planteado conlleva el pensamiento de motivar el desarrollo de las estructuras cognitivas de los educandos respetando los estilos y ritmos de confrontación epistémica de la comunidad educativa, articulado en el contexto social, cultural, familiar y religioso, ubicándolos en la diacronía y sincronía del mundo real y virtual.

En esta vía, la educación debe considerar apuestas pedagógicas emergentes como las perspectivas mesoaxiológica, donde el conocimiento teórico, tecnológico y práctico de la educación valore cualquier medio en la intervención pedagógica.

error: Content is protected !!