LA DIGITALIZACION Y VIRTUALIZACION DE LA JUSTICIA UN NUEVO RETO QUE ASUMIR.

MITOS Y REALIDADES

ABOG./MSc: Alicia Paz Meza

alipaz57@gmail.com

contacto@conjuri.hn

A veces pareciera que las casualidades de la vida fueran más bien causalidades por las coincidencias tan marcadas que dos episodios tan distintos, como es la llegada de la pandemia y el proceso de la digitalización, situación que ha acelerado los cambio culturales y organizacionales en nuestra forma de vivir.

Estos dos acontecimientos tienen en común la ejecución o intento de ejecución de los cambios sustanciales que hoy se impulsan en la mayoría de los sistemas Judiciales de los países latinoamericanos, tal es el caso del poder Judicial de Honduras que recientemente aprobó y legitimo el uso del expediente electrónico, proceso que se encuentra en la etapa de capacitación a los operadores de Justicia de todo el país.

Reconocemos que los avances de la globalización y las nuevas facilidades de comunicación que provee el internet, están generado nuevas formas de interactuar de la sociedad, impulsando con ello cambios estructurales y dinámicos para un mundo más global conectado que a la vez se ha vuelto más complejo por los constantes cambios, los que si bien es cierto son positivos, también es más cierto que estos cambios son generadores de aspectos negativos, tal es el caso de la ciberdelincuencia, la desigualdad social, la esclavitud laboral entre otros.

Si hacemos un breve paréntesis y destacamos la importancia de la comunicación por internet, observamos que la comunicación utilizada se hace a través de un lenguaje claro y sencillo, que lejos de ser un dolor de cabeza para quienes no se adaptan a las tecnologías, estas han facilitado herramientas prácticas que les anima ampliar el campo de comunicación y negociación con distintas personas alejadas de su círculo.

Bajo esta premisa diremos que estos avances tecnológicos no pueden pasar desapercibidos de los cambios estructurales que las instituciones devienen observar sobre todo en los sistemas Judiciales quienes oportunamente ya dieron el paso para efectivizar los procesos de la gestión administrativa, tal es el caso de la aprobación del expediente electrónico, con el cual se ha modernizado las comunicaciones con las partes que interactúan, innovación esta que ha creado gran impacto en las nuevas generaciones llámese estas baby boomers su mayoría, no obstante existe alguna resistencia de las estructuras internas en ciertos regiones por la dificultad del acceso y la falencias de conectividad no probadas para garantizar la eficacia en la gestión de sus asuntos judiciales, situación que era de esperar por lo abrupto y disruptivo que son las tecnologías, sumado el analfabetismo tecnológico que representa las generaciones silenciosas que van desde los años 1925 al 1944 quienes apenas usan el internet y les resulta estar en aislamiento, contrario a las cinco generaciones que se categorizan natos en el uso de las nuevas tecnologías llámese estos a los BABY BOOMERS, GENERACIÓN X, MILLENNIALS, GENERACIÓN Z, GENERACIÓN ALPHA.

Cabe hacer notar que en su mayoría los administradores de Justicia como ser Jueces y Magistrados se han mostrado resistentes al cambio por lo que más que forzar el sistema se recomienda motivar a los usuarios del sistema como operadores de justicia exaltando las bondades que representa el cambio para eficientar los procesos de trasparencia en los poderes Judiciales que de por si han perdido mucha credibilidad.

Reconocemos que todo cambio conlleva resistencia, pero se ha marcado más con el advenimiento de las nuevas tecnologías, siendo el mayor impacto para quienes fueron educados en un sistema instrumental y anacrónico, a diferencia de lo que ocurre en la actualidad donde el sistema se observa estandarizado y lineal, sin matices ni acordes de una educación descolorida y sin motivación.

Ante los constantes cambios tecnológicos de esta nueva era, resulta necesario hacerle frente a las nuevas demandas requeridas por los operadores del sistema, adaptándonos cada vez a las innovaciones y funcionamiento de la nueva justicia digitalizada, que ya ha comenzado a mostrar alguna de sus nuevas herramientas tecnológicas, quedando todavía mucho camino por recorrer, aun con las falencias de algunas normativas que poco a poco se irán corrigiendo en la medida que se vaya aprendiendo (Know how) mismas que servirán de base hasta tanto la cultura organizacional no estandarice la normativa y valores por los que se rige.

Las nuevas tecnologías que comenzaron a aplicarse en los estrados «tribunalicios», los avances respecto a la digitalización, las nuevas formas de efectuar una denuncia o demanda electrónica, todo ello es el comienzo del fin del expediente de papel y el paso al expediente electrónico para aportar un material probatorio al trámite judicial, en otros aspectos todo esto nos hace ver un nuevo paradigma judicial donde existe la esperanza que la duda sobre ceda a la trasparencia y así garantizar un justa y pronta administración de Justica anhelada.

Este nuevo desafío devela la importancia de crear una estructura informática del órgano judicial con credibilidad donde los principios: Confidencialidad, Integridad y disponibilidad de la información, sean la garantía de cualquier investigación forense y con ello soportar un escrutinio legal.

Cabe referir que el proceso de digitalización de la justicia fue influenciado por la pandemia mundial del Covid-19, dado a la paralización general de las actividades económicas, sociales, administrativas y judiciales, razón por lo hoy en día el tema es recurrente entre conversaciones de juristas que debaten si ha llegado el momento de celebrar juicios, vistas y comparecencias de forma telemática y si estamos preparados y contamos con los recursos necesarios para ello. Llegados a este punto existen muchas interrogantes acerca de seguridad, credibilidad, ventajas e inconvenientes que pueden derivarse del uso de medios telemáticos como la videoconferencia de manera generalizada para la celebración de un juicio, dudas en cuanto a las garantías procesales, principio de inmediación, dudas como si la celebración de juicios telemáticos afecta negativamente a la posibilidad de contradicción de las partes y a la salvaguarda de los derechos de defensa y tutela judicial efectiva de los ciudadanos, Interrupciones y problemas técnicos de conectividad, dudas acerca de la posibilidad de realizar vistas públicas, problemas a la hora de identificar intervinientes, sobre la filtración de información a testigos de lo que ocurre en la sala entre otros etc ..

Aun con toda esa incertidumbre, somos de la opinión que el sector de la Justicia debe reciclarse y aprovechar la situación que se plantea a raíz de la pandemia de la Covid-19 para invertir recursos e implantar de una vez por todas soluciones tecnológicas en el ámbito de la Justicia. No obstante, es de considerar la necesidad de adaptarse poco a poco y ver dónde están los límites, en virtud que los cambios rápidos pueden generar malas experiencias que conllevan a obstruir los procesos por la resistencia al cambio. Por ello resulta fundamental definir estrategias que permitan alcanzar objetivos claros y medibles  preestablecidos con anterioridad, aprovechando a su vez las numerosas ventajas que brinda la tecnología para dinamizar el sector de la Justicia, con la observancia que los procesos de virtualización del sistema de justicia, deben asegurar el cumplimiento de los principios y garantías procesales, procurando que los grandes avances en procedimientos sencillos como ser la gestión de pruebas documentales, trámites procesales como la ratificación de un documento, las comparecencias de los intervinientes (testigos, peritos, médicos forenses, miembros de policiales, Seguridad del Estado, profesionales de la justicia, etc) sean por videoconferencias en lugar de tener que comparecer presencialmente a la sede judicial, no obstante en otros procesos como los juicios abreviados, monitorios o audiencias previas sería de gran utilidad que se implementaran simultáneamente, siendo necesario sensibilizar a los actores que interactúan en el proceso para que el cambio cultural el ámbito de la Justicia sea adaptado.

La implementación de la tecnología en el ámbito de la Justicia, no debe ser tomarse como la fase en la cual debe desaparecer presencialidad, por el contrario siempre debe considerarse un sistema híbrido, pues ninguna herramienta puede reemplazar a los humanos, en virtud que la digitalización demanda una combinación de factores donde se plantean desafíos que requieren encontrar vías y generar nuevas oportunidades sobre todo en aquellas tareas relacionadas con la toma de decisiones, que beneficien la organización en su conjunto. 

Reconocemos que la implementación de la digitalización en el sistema de justicia ha creado un desafío para los administradores de la justicia, quienes han generado un debate adversarial cuyo foco se centra en confrontar sin grandes complejidades las mejores prácticas y soluciones que los operadores y el sistema judicial han desarrollado para abordar tanto la urgencia de resolución de casos y dar paso al enorme rezago generado por la emergencia sanitaria de la COVID 19, no obstante es de considerar que este abordaje no puede ser desarrollado únicamente desde la óptica administrativa y de la gestión tecnológica, por el contrario es necesario cruzar y confrontar soluciones encaminadas sobre al proceso de reemplazo del expediente escrito en papel, por las carpetas electrónicas o virtuales y con ello lograr la operatividad eficiente en la gestión judicial y administrativa a distancia, facilitando a la vez el uso de firmas electrónicas de los jueces, así como el sistema de ingreso de solicitudes de los intervinientes por la misma vía, y las interconexiones virtuales con las instituciones colaboradoras del sistema judicial tales como Ministerio Público, Defensorías Públicas, Policías, Centros de Detención, Servicio Médico Legal, entre otros, de igual forma con la existencia de oficinas judiciales virtuales que permitan a los intervinientes acceder en forma oportuna a la información del proceso.

La virtualización en los procesos judiciales tiene un rol determinante, sobre todo cuando se incorpora en los procesos judiciales las videoconferencias y se garantiza el principio de inmediación judicial como la garantía preestablecida en el ordenamiento jurídico, donde el juez tenga contacto directo con la fuente probatoria en lugar de acceder a ella mediante la lectura de un papel, esto permitirá a la vez reducir costos, e incrementar la participación procesal, de las personas alejadas de la sede judicial.

Al garantizar el principio de inmediatez el Juez validara y verificara las declaraciones de los sujetos que intervienen en los procesos, permitiendo que las partes se escuchen entre sí, pudiendo observar para el caso el lenguaje corporal, que facilitara precisar la veracidad de los hechos, comprobar la identidad del declarante, bien sea por un funcionario en el lugar desde donde se produce la declaración o por el propio tribunal a distancia.

Consideramos que la digitalización y virtualización de los procesos judiciales se justifican en la medida de medios para sustituir la justicia «de propia mano» siempre y cuando se dé el resguardo de los derechos y garantías fundamentales sobre todo en las áreas de libertad que deben ser respetadas por terceros y por el Estado.

Para quienes hemos tenido la oportunidad de adaptarnos como litigantes a los diferentes modelos de transitoriedad en la impartición de justicia, sobre todo los que pasamos por el sistema inquisitivo a modelos mixtos o inquisitivos reformados, y luego a modelos acusatorios de base oral y adversarial, nos resistimos a adaptarnos a los avances de las nuevas tecnológicos en esta materia, aunque reconocemos que la tecnología permite agilizar ciertas actuaciones, transparentar los procesos, asegurar as garantías procesales y ganar en comodidad y eficiencia.

Por esas razones y otras más, diremos que existe la imperiosa necesidad que el sistema judicial como las instituciones vinculadas a este, deben invertir recursos para formar adecuadamente a todos los profesionales que trabajan en este ámbito como los que interactúan a fin de que todos estén alineados con la estrategia global de digitalización de la justicia para alcanzar la eficacia de la gestión judicial, como la credibilidad que tanto necesita.

En definitiva, diremos que es necesario ir, generando avances y hechos progresivos para lograr un completo cambio cultural que rija todos los actos judiciales en el futuro acompañado de un marco normativo completo que contemple la digitalización y virtualización de los procesos más complejos, así como una mayor inversión económica por parte de la Administración del sistema Judicial de tal forma que dé el impulso definitivo a la generalización de esta nueva era ya globalizada.

Advertimos que de no visualizar oportunamente este reto tecnológico en tiempo muy lejano quedaremos absolutos y rezagados a las innovaciones tecnológicas que se vienen, pues estamos cerca de pasar de la digitalización a la implementación de la inteligencia artificial y la utilización de la robótica como una de las grandes soluciones a los aquejados sistemas judiciales corruptos, manipulado por los poderes de turno, que si bien es cierto son uno de las esperanzas de la sociedad, alertamos que estos cambios podrían traer consecuencias inadvertidas (desde una óptica humanista), como la reducción del personal judicial.

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